jueves, 6 de septiembre de 2007

Posibles hipervínculos...

Adrenalina del incierto viaje
Palpita en todo nuestro cuerpo una adrenalina inmensa que nos impulsa a hacer lo que queremos y no conocemos, a romper todas las barreras que se nos interpongan, pero ¿por qué queremos hacer eso?¿ alguien o algo nos manda?¿será nuestro propio inconsciente quizá, o simplemente un “porque sí” caprichoso de la conciencia misma? Lo que sí sé es que ante todo lo desconocido sólo existen dos posibilidades: la curiosidad o el temor. La primera se da por la voluntad o por el interés de querer -siempre- saber qué hay del otro lado, descubrir sensaciones nuevas y hasta un nuevo mundo en el que, de un momento a otro, podamos rebobinar nuestra historia y situarnos en otra década y vivir, por un instante, una realidad distinta. O bien, estar en la actualidad y vivir un presente en tercera persona. Si nos arrepentimos de esta jugada, puede atemorizarnos el hecho de quedar de espaldas al mundo, mirando una pared, sin poder solucionar lo que hicimos; porque lo hecho, hecho está.

Camino azaroso
Descalzos, con los pies ensangrentados, al rayo de un sol de 38 grados y con pocos recursos para subsistir, recorremos el finito desierto vital, en que el final es el principio y el trayecto dura todo el día, repitiéndose constantemente, naciendo con cada nuevo amanecer. El esquema de una vida aburrida, pero en la que tenemos que bailar todos los días como podemos, porque nos tocó vivirla, no la elegimos.

1 comentario:

Marta dijo...

Juan: hay algunos errores de sintaxis que perjudican tu texto. Corregilos. Agregá otros hipervínculos.